Se cree que una nueva marca es resultado de inspiración, creatividad o simple suerte, cuando en realidad el desarrollo de un nombre requiere definitivamente creatividad, pero en igual medida precisa estrategia, objetividad y orientación al mercado. Necesitamos que la nueva marca posea las siguientes características:
1.- Un significado claro (Semántica)
2.- Una arquitectura de marca (Morfología)
3.- Un sonido atractivo (Fonología)
4.- Un valor de reconocimiento (Notoriedad)
5.- Un valor en la categoría de producto (Asociación)
6.- Un valor de recordación (Memorización)
7.- Un valor emocional (Preferencia)
Recuerde que tener un buen nombre no es tener una marca, una marca es poderosa cuando está asentada en la mente del cliente, diferencia, comunica un significado y da confianza. Obviamente, no existe el nombre perfecto. Pero un buen naming es el principio de un proceso sólido de creación de marca.